No somos todos iguales frente a los efectos de la crisis de la biodiversidad. Algunas comunidades sufren los efectos diez veces más debido a su situación social, económica y geográfica, y a la relación estrecha que tienen con su entorno natural. Así como tenemos el deber de solidaridad hacia ellas, también debemos evitar poner en práctica soluciones que les sean extrañas. Es necesario tomar en cuenta los aspectos de inclusión y solidaridad en las negociaciones de un documento global ambicioso en la COP15.
No puede haber protección ni recuperación de los seres vivos sin respeto de los derechos humanos y autóctonos, ni sin el consentimiento libre e informado de los pueblos.
Se imponen cambios importantes a fin de favorecer la inclusión y la participación de las comunidades en los esfuerzos de protección de la biodiversidad. Esto se refleja con más claridad cuando estas comunidades son afectadas en primera instancia. En Quebec y Canadá, el respeto de las formas de ver el mundo, las estructuras de gobernanza, las culturas y los sistemas de conocimiento de los pueblos autóctonos deben ser un pilar en los esfuerzos de conservación. Los territorios administrados por los pueblos autóctonos, por lo general, albergan más áreas naturales y se están haciendo más esfuerzos de conservación en ellos. ¡Apoyemos su liderazgo!
© Luc Vincent-Savard